martes, 1 de noviembre de 2016

Ellos como protagonistas.


UN LUCIO COMO LUCIO.
Lucio es como Lucio o como tantos chicos que cuando acompañan a la mamá a la verdulería se quedan mirando la vidriera de la veterinaria a ver los hámsters. Claro que la mamá es como la mayoría de las mamás (seguramente) que piden a sus hijos que se apuren. Sin embargo, cuando la mamá se queda mirando la vitrina de la zapatillería es Lucio quien está apurado. Él se ve y se siente grande e intenta cruzar la calle suelto, ¿qué hace la madre?, lo toma de la mano. Él quiere parar en el kiosco y ella promete que a la vuelta. Resulta que a la vuelta cambian de camino para acompañar a doña Chola. 

Lucio piensa que es grande como un camión, como un tren y quiere ir solo al kiosco. Mamá imagina y cuando imagina magnifica, a veces dramatiza un poco, hasta que su hijo le muestra cuán grande es. Y todo cambia en un abrir y cerrar de ojos (o de páginas) porque la madre ante la sorpresa suelta todo. Y ahora, se invierte la óptica de los tamaños porque el que ¿magnifica? es Lucio. 

Un cuento para chicos chicos con toda la ternura de lo cotidiano que entre autora e ilustradora cuentan de una manera conjunta y diferente. La ilustración cambia el punto de vista de las cosas contando, reforzando, contradiciendo, construyendo. 

EN LA CAJA DE HERRAMIENTAS.

Es una divertida, fantástica y tierna historia de “Ferchu, que le gustaba estar con la cabeza, con el alma, con la vida metida en la caja de herramientas”. Y decía que de grande iba a ser como Antonio, el del taller de la esquina. Le gustaba el olor a motor y las herramientas y ensuciarse, engrasarse, pero a su madre no. A la madre le gustaba que estuviera limpio y Papá Noel le trajo herramientas de plástico y de goma.

Un día la mamá cierra la caja de herramientas con candado. Y Ferchu quiere que la abra. Insiste e insiste. La madre interrumpe su tarea de hacer albóndigas y no encuentra la llave, tampoco a Ferchu. La llave quedó adentro de la caja de herramientas. Y las herramientas, que en este caso serían muy útiles para la mamá, también están dentro de la caja. Y alguien más… ¿Ferchu? Desespera la madre. Y Ferchu emplea sus conocimientos y su destreza.


La  autora de los anteriores libros es Iris Rivera. Es docente y escribe literatura.
En estos cuentos  las expresiones tienen el encanto de la exageración desde el punto de vista del imaginario adulto y del niño, poblado de animismo, donde las descripciones además de inspirar ternura son cómplices con el protagonista.