Lucio es como Lucio o como tantos chicos que cuando acompañan a
la mamá a la verdulería se quedan mirando la vidriera de la veterinaria a ver
los hámsters. Claro que la mamá es como la mayoría de las mamás (seguramente)
que piden a sus hijos que se apuren. Sin embargo, cuando la mamá se queda
mirando la vitrina de la zapatillería es Lucio quien está apurado. Él se ve y
se siente grande e intenta cruzar la calle suelto, ¿qué hace la madre?, lo toma
de la mano. Él quiere parar en el kiosco y ella promete que a la vuelta.
Resulta que a la vuelta cambian de camino para acompañar a doña Chola.
Lucio piensa que es grande como un camión, como un tren y quiere ir solo al kiosco. Mamá imagina y cuando imagina magnifica, a veces dramatiza un poco, hasta que su hijo le muestra cuán grande es. Y todo cambia en un abrir y cerrar de ojos (o de páginas) porque la madre ante la sorpresa suelta todo. Y ahora, se invierte la óptica de los tamaños porque el que ¿magnifica? es Lucio.
Un cuento para chicos chicos con toda la ternura de lo cotidiano que entre autora e ilustradora cuentan de una manera conjunta y diferente. La ilustración cambia el punto de vista de las cosas contando, reforzando, contradiciendo, construyendo.
Lucio piensa que es grande como un camión, como un tren y quiere ir solo al kiosco. Mamá imagina y cuando imagina magnifica, a veces dramatiza un poco, hasta que su hijo le muestra cuán grande es. Y todo cambia en un abrir y cerrar de ojos (o de páginas) porque la madre ante la sorpresa suelta todo. Y ahora, se invierte la óptica de los tamaños porque el que ¿magnifica? es Lucio.
Un cuento para chicos chicos con toda la ternura de lo cotidiano que entre autora e ilustradora cuentan de una manera conjunta y diferente. La ilustración cambia el punto de vista de las cosas contando, reforzando, contradiciendo, construyendo.
EN LA CAJA DE HERRAMIENTAS.

Un día la mamá cierra la caja de herramientas con candado. Y Ferchu quiere que la abra. Insiste e insiste. La madre interrumpe su tarea de hacer albóndigas y no encuentra la llave, tampoco a Ferchu. La llave quedó adentro de la caja de herramientas. Y las herramientas, que en este caso serían muy útiles para la mamá, también están dentro de la caja. Y alguien más… ¿Ferchu? Desespera la madre. Y Ferchu emplea sus conocimientos y su destreza.
La autora de los anteriores libros es Iris
Rivera. Es docente y escribe literatura.
En estos cuentos
las expresiones tienen el encanto de la
exageración desde el punto de vista del imaginario adulto y del niño, poblado
de animismo, donde las descripciones además de inspirar ternura son cómplices
con el protagonista.